sábado, 17 de março de 2012

Un terapeuta en el bolsillo.



De fuente de ansiedad a remedio contra el estrés: la tecnología que nos distrae también pueden ayudarnos a estar presentes.


Miguel Quintana acaba volver de Mountain View (California), sede de Google, para presentar al gigante informático aplicaciones online y para el móvil que, entre otras cosas, permiten monitorizar el estado físico emocional en cada momento. Hace unos días, Quintana lanzó Mindfulnets, la primera red social para entrenar la atención plena, la capacidad de estar en el aquí y ahora. “Busco ayudar a las personas a que estén más conectadas consigo mismas”, dice Quintana.
A priori parece que “estar conectado consigo mismo” y “online” encajan tan bien en la misma frase como “dieta” y “donuts”. Pero la nueva ola de aplicaciones “desestresantes” en español muestra que, además de una fuente infinita de distracciones, la tecnología también podría convertirse en una aliada para la salud.
No sólo para combatir el estrés; investigadores de varias universidades estadounidenses llevan tiempo trabajando en aplicaciones para monitorizar el estado de salud de enfermos crónicos, lidiar con la adicción al alcohol o las drogas o combatir la ansiedad social, entre otras cosas.  
Quintana, director de desarrollo de Wellbeing Solutions, una empresa española de aplicaciones web y móvil para la salud y el bienestar, va todavía más lejos. Busca “unir las nuevas tecnologías con las tradiciones contemplativas”. Este es el punto de partida de la conferencia Wisdom 2.0 que acaba de celebrarse en Silicon Valley y donde participó este emprendedor canario. “Tratamos de desarrollar ideas para que no nos desvinculemos de nosotros mismos mientras estamos conectados con herramientas”, dice Quintana. Ideas que se inspiran en herramientas que llevan tiempo gozando de popularidad en Estados Unidos, como Livehappy, una de las pioneras. Esta aplicación, desarrollada por la profesora Sonja Lyubomirsky, utiliza recursos de la psicología positiva para sacar a los usuarios de apuros emocionales con meditaciones guiadas para modificar el estado de ánimo o consejos para elaborar listas de cosas que agradecer, por ejemplo.
¿Nos encontramos ante un sustituto “pobre” de los terapeutas? Ana Lombard, creadora de iD-Stress, una aplicación para aliviar el estrés recién lanzada al mercado, cree que no.“Tomar conciencia de que uno está estresado ya es el primer paso para empezar una terapia. Si uno no toma conciencia de esto, no se puede hacer nada”, señala Lombard. iD-Stress (disponible para iPhone y pronto para Android por cerca de 5 euros) ofrece prácticas de relajación y respiración guiadas adecuadas a diferentes situaciones: embarazadas, estudiantes, deportistas, insomnes o enfermos. Por tener, tiene hasta un “botón del pánico”, un ejercicio “de emergencia” que dura la mitad de tiempo que el resto (ocho minutos). 
Lombard dice que se trata de una ayuda que podemos llevar siempre con nosotros en el bolsillo para gestionar situaciones difíciles. “Viene a ser un guía que nos hace recordar que hay que buscar el bienestar. Si uno se siente relajado puede sobrellevar cualquier situación de manera más positiva y desarrollar, por tanto, sus capacidades”.
Un buen número de estudios se centran en cómo utilizar aplicaciones informáticas para reducir la ansiedad social (timidez extrema) o la ansiedad crónica. Por el momento, los resultados son prometedores. A estos se unen programas específicos para combatir las adicciones, como el que puso en marcha recientemente la Universidad de Massachusetts para ayudar a los drogadictos a lidiar con las adicciones. La herramienta se llama iHeal ycombina inteligencia artificial, biosensores y Wi-Fi para detectar los “estresores” fisiológicos asociados con las adicciones. Usa una pulsera en la muñeca para medir la temperatura de la piel, las pulsaciones y otras medidas indicadoras de estrés y transmitir  esta información al móvil.
La idea de la psicoterapia, que muchos continúan asociando con el ritmo lento y pausado del sofá freudiano, parece ir en contradicción con el acceso instantáneo y el mundo siempre conectado. Pero estos “pseudosicólogos” electrónicos llegan cuando el porcentaje de personas que padecen estrés –y los males asociados– se dispara, y cuentan con la gran ventaja de poder echar un cable allí donde haga falta: justo antes de una entrevista de trabajo o al comenzar un examen. Por otra parte, podrían alcanzar a millones de personas sin recursos para acudir a una terapia presencial, algo que no suele ser precisamente barato.
Quintana, de Mindfulnets, cree que esto es sólo el principio, la simiente de una “conectividad universal, una tecnología capaz de incrementar la conciencia del ser humano”. ¿Ciencia ficción? Siempre queda el botón del pánico. 
*Natalia Martín Cantero es periodista. Si quieres ponerte en contacto con ella escribe a natalia@vidasencilla.es